A lo largo de la historia, los seres humanos hemos empleado las sustancias químicas, naturales y sintéticas, con diversas finalidades. Ejemplos tenemos en las armas químicas para la guerra, las sustancias alucinógenas asociadas a ritos religiosos de algunas culturas, o las sustancias que a modo de “muleta química” han sido consumidas para incrementar el vigor y la resistencia física.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando empleamos sustancias químicas para manipular o destruir la voluntad de una persona? Entonces hablamos de sumisión química (soumission chimique), que se basa en la disminución o alteración del grado de consciencia y de la capacidad de juicio de una persona, mediante el empleo de sustancias químicas.
¿De qué tipo de sustancias estamos hablando? La variedad es bastante amplia… De esta manera, si consultamos la literatura científica sobre el tema, nos encontramos con:
- Sustancias depresoras del Sistema Nervioso Central (alcohol etílico, fármacos como las benzodiazepinas o drogas ilícitas como gamma-hidroxibutirato, GHB, o los cannabinoides). Sustancias que a determinadas dosis pueden producir efectos como disminución del grado de consciencia o de la capacidad de vigilancia, desinhibición, desórdenes del pensamiento, además de amnesia anterógrada, o incapacidad para recordar los hechos ocurridos a partir del consumo. Esto último provoca en muchos casos que la víctima no sea capaz de recordar lo sucedido, con la consiguiente dificultad a la hora de reconstruir y denunciar los hechos delictivos que hubieran sido cometidos (robos, abusos sexuales, etc.).
- Pero además nos encontramos con casos donde sustancias excitantes como la cocaína, las anfetaminas o sus derivados (MDMA o metilendioximetanfetamina) también se ven involucradas en episodios de sumisión química, habida cuenta de su capacidad para distorsionar la percepción de la realidad y de las situaciones de riesgo.
Para el diagnóstico de la sumisión química resulta fundamental por una parte el testimonio de la propia víctima (lugar donde se encontraba, sustancia que consumía o persona con la que estaba), información que no siempre puede obtenerse debido a la amnesia anterógrada producida por algunas sustancias, además de una evidencia analítica sobre la presencia en el organismo de una determinada sustancia incapacitante. Esto último implica el análisis químico-toxicológico de muestras biológicas procedentes de la víctima, fundamentalmente sangre y orina, muestras que deben ser recogidas lo antes posible para evitar que la eliminación del tóxico y de sus productos de biotransformación del organismo, borre el rastro de su consumo o administración.
Durante el cuatrienio 2010-2013 (ambos inclusive), emprendimos una investigación acerca de los casos de presuntos abusos sexuales mediados por sumisión química que fueron analizados en el Departamento de Madrid del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTyCF). La investigación se basó en la extracción de información a partir de los casos documentados en el INTyCF durante el período reseñado. Información sobre la víctima, sobre el procedimiento forense de toma de muestras y sobre el análisis químico-toxicológico realizado.
De las conclusiones obtenidas en la investigación, recogidas en la Tesis Doctoral «Sumisión Química. Estudio de prevalencia en casos de presuntos delitos contra la libertad sexual analizados en el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (departamento de Madrid) en el período 2010-2013» defendida recientemente en la Universidad Complutense de Madrid, merecen ser destacadas las siguientes:
- En primer lugar, el perfil de la víctima es el de una mujer joven que en un entorno de ocio ha consumido alcohol etílico (solo o en combinación de psicofármacos y/o drogas ilícitas) y que presenta amnesia total o parcial de los hechos.
- En segundo lugar, y en lo referido al procedimiento de toma de muestras, se comprobó que una temprana recogida de muestras de la víctima (sangre y/o orina), constituye un factor determinante a la hora de obtener una evidencia analítica que dé soporte al diagnóstico de la sumisión química. Así las muestras tomadas en las seis primeras horas arrojaron resultados positivos en los análisis, creciendo el número de análisis negativos conforme aumentaba el tiempo transcurrido entre los hechos y la toma de muestras. En este sentido, te recomiendo la lectura del artículo «Química forense – Análisis de benzodiazepinas en cabello».
- Con respecto al resultado de los análisis químico-toxicológicos, las sustancias detectadas fueron aquellas comúnmente consumidas en entornos de ocio (alcohol etílico, cocaína, cannabinoides, anfetamínicos), o prescritas para uso terapéutico (benzodiazepinas), mientras que aquellas sustancias conocidas como “drogas de la violación” (GHB, escopolamina), no fueron detectadas en los análisis. Es necesario clarificar que esto último no significa que no hayan sido empleadas, pero su implicación en este tipo de casos es menor de la esperada a tenor de la popularidad que han adquirido en los medios de comunicación.
«Distribución del tipo de sustancias detectadas en análisis positivos»
La sumisión química con finalidad sexual es por tanto una realidad cuyo diagnóstico está condicionado, no solo por el propio testimonio de la víctima y por la calidad de su relato, sino por factores, como la toma de muestra y la orientación del análisis químico-toxicológico, derivados del procedimiento forense.
Dr. Carlos García Caballero